viernes, 2 de mayo de 2008

OCASO


El sol se pone en el horizonte reluciente
Es lo último que mi vista siente
El sol quiere que me vaya con él
Hacia un lugar libre de sangre y dolencia
Lejos de esta terrible demencia
Y le ofrezco mi alma
A cambio de clemencia

El sol contempla el territorio
Del combate meritorio
De los hermanos alzados en armas
Destruyendo la eventual esperanza
A través de esta espesa matanza

El sol se oculta deshonrado y sufriente
Al contemplar este horrible ambiente
Llevándose la sangre caliente
De toda la vida latente
Y con él mi aliento se extingue
Se pierde en la lejanía
De la interminable agonía

El sol enfoca la violencia desatada
En esta última cruzada
El sol es el único testigo
De este fúnebre castigo
Cómo quisiera que él interviniese
Para que este infierno cese
No parece haber indicios de conciliación
Entre la muerte, desventura y desolación

Estando envuelto en infinito desamparo
Le pido al sol que sea mi único faro
Para guiarme hacia su horizonte luminoso
Lejos de este abismo tan tenebroso
Lejos de la guerra entre hermanos
Alimentada por motivos tan vanos

Ya mi espada está impregnada
Con una vida recién arrebatada
Ya han caído mis flechas entre las puertas
Que sólo dejan pasar las almas muertas
Soy también parte del sangriento estrago
Y por más que me arrepienta no lo deshago

Soy el juez, la víctima y el asesino
De esta tarde que ha marcado mi destino
No puedo reclamar comprensión alguna
Ni al Sol, ni al Cielo ni a la Luna

Soy parte de esta roja batalla
Creo que el Sol pide que me vaya
Mientras el mundo se quema y estalla
Pero hasta la mano de la muerte falla
Y decide fusionarme con el ocaso
Para toda la eternidad
Para darme cuenta de este monumental fracaso
Y mientras busco en el Sol un último abrazo
Entiendo que la agonía es sólo el primer paso
De un infranqueable trazo

He quedado condenado a mirar al universo
A través de su lado perverso
Ahora no soy nada más que un simple atardecer
Que busca entre la muerte la habilidad de renacer
Y sigo mirando cómo los hermanos combaten
Ya son muchos los corazones que no laten
Y muchas tardes llenas de sangre inocente
¿Cómo es que he llegado a ser paciente?
He llegado a tolerar tanta desgracia salvaje
Bajo mi infinito celaje…
Aún la espada sigue extinguiendo la vida
Y aún hay almas buscando en mí la salida
Pero no parecen darme una ruta tangible
Sólo soy un testigo…
El ayudar a mis hermanos me es imposible

Sólo después de llenarme los ojos de defunciones
Entiendo porqué el Sol nunca respondería a mis oraciones
Sólo después de llenarme de fuego eterno
Descubro lo interesante de este infierno
Pues el destino de todos mis hermanos
Reposa entre sus propias manos
Y por más que desee impedir el holocausto
Sólo conseguiré terminar exhausto
Por más que quiera ser el único que lo afronte
Terminaré encerrado en el horizonte
Y cuando el día termine, ahí estaré otra vez
Reviviendo esta tortura…Una y otra vez…

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